Historia

Así empieza todo

Hace 50 años, Joan y Remei abrieron una pequeña charcutería en su barrio, justo debajo del domicilio familiar. Hacía muy poco que habían llegado de Cardona y las jornadas laborales eran interminables. Si les preguntáis, os hablarán de cómo se llenaba la tienda en Navidad, de la gran cantidad de carne fresca que se vendía cada día y de cuánta gente era necesaria para elaborar todos los embutidos y las morcillas. Joan Medrán aprendió el oficio en Sant Joan de Vilatorrada en la década de los 40 y su esposa, Remei del Bas, defendió el mostrador mientras criaba a sus dos hijos, Manel y Juan Carlos y sus hijas, Joana y Esther.

El 9 de octubre de 1958 abrían la primera tienda y el obrador artesanal. Fueron años en los que gracias a la colaboración de sus hermanos y cuñados, como María y Lorenzo, Amparo y Jaume o Concha y Amor, el negocio prosperó.

El sueño crece

Años más tarde, su hijo mayor y sus hijas tomaron el relevo del negocio familiar que ya se había ampliado a los principales mercados de la ciudad. Manel, Joana y Esther crecieron entre el aroma de los jamones y el ruido de los cuchillos. Aprendieron de mirar cómo los padres despachaban y elaboraban. Vieron como la tienda de barrio se ampliaba el Mercado Creu Alta en 1966, al Mercado Central en 1975. En 1988 con la transformación de la ciudad de Sabadell abría la tienda de la Plaza de España que cada domingo ofrece los platos cocinados que elabora el marido de Esther, Josep. El marido de Joana, Jaume, se encarga de dirigir el obrador artesanal. En 1990 el Mercado de Can Gambús fue la apuesta de la empresa familiar de abrirse a los nuevos barrios de la ciudad.

Preparados para el futuro

En 2008 la empresa familiar llega a sus 50 años en plena forma. Los fuertes cimientos que crearon Joan y Remei han sido reforzados con la tarea de Manel, Joana y Esther que, gracias a la indispensable labor de sus parejas, Paqui, Jaume y Josep; han hecho crecer lo que sus padres les dejaron.

En el año 2007 abrimos nuestra puerta a la red para entrar en contacto con personas como tú. Aunque no siempre podemos participar tan activamente como quisiéramos, nos gusta abrir espacios a la participación para conocer tu opinión. No es el futuro, es el presente.

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En Medrán la gran lección de la experiencia nos hace crecer cada día.